Al pensar en el diseño con intención social es fácil considerar que no difieren mucho de aquellas que parten de un fin comercial, sin embargo, al igual que toda labor aplicada desde mi experiencia he podido descubrir algunos matices que dan un carácter distinto a esta área.
Hay que considerar particularidades tales como que cada grupo poblacional tiene unos lenguajes que le son propios, unas maneras de representarse y uno símbolos que asumen como suyos. Es fácil por desconocimiento por ejemplo caer en un uso recurrente de imágenes con rasgos predefinidos que en cierta manera caricaturizan, elegir un tono desacertado tal como puede ser uno demasiado lastimero, académico o coloquial, o por error dotar de un significado adverso producto de una reinterpretación inesperada para el autor.
Incluso desde un enfoque más territorial, encontramos preocupaciones muy distintas en cuanto las demandas que se realizan. Es muy diferente por ejemplo las exigencias en temas de género en Colombia desde las personas en las capitales en la búsqueda de reconocimientos en temas constitucionales con respecto a las exigencias como el derecho a la vida o al empleo de las personas en la periferia.
Esto también se representa en canales muy distintos entre grupos con motivaciones comunes. En las ciudades lo avasallante de los medios digitales parece la opción más pertinente, en cambio en zonas más apartadas y en ciertas formas desvinculadas, adquiere un mayor peso la presencialidad, como zona de seguridad o incluso como acto de presencia.
Otro rasgo no menor es el tema de lenguaje, el cual suele pretender explicar de manera sencilla o facilitar el entendimiento mediante las imágenes, sin embargo, aquello minimiza por una parte la labor de comunicar y reduce la gráfica a una especie de infantilismo que es solo el uso solo estético de la imagen. El valor más importante es la pertinencia, puesto hay que aceptar como una realidad que no se puede aprender sin cierto esfuerzo y solo hay interés por aquello que se traduce en la realidad inmediata de cada persona. Por ello hay que dar información en la justa medida para establecer realmente un conducto pedagógico. Es por ello por lo que, aunque las entidades sociales suelen plantear mensajes desde la generalidad, estos tienen un menor impacto por falta de correspondencia.
Desde lo local a lo general
Dado que los diseños parten de problemas de comunicación, es posible valorar su éxito según lo objetivos de las mismas, al concertar indicadores correctos en cada caso. Aquello siempre es más fácil desde las definiciones de perfiles, entendiendo que en realidad hay varios frentes y varias informaciones distintas que se desean brindar para diferentes receptores. Por ejemplo, es diferente la información que requiere una persona en un territorio para tomar una acción legal en un pueblo. A diferencia de reportar los avances de una fundación en actividades con las comunidades a una entidad que les financia.
Hay cierta premura por la gran cantidad de canales y contenido que se produce al día a día, es increíble como lo digital tiene una relevancia tal, es sorpresivo ver como ya es una labor cotidiana actualizar el perfil en las redes sociales y las preocupaciones de privacidad, los mensajes y las atmosferas de validación que están presente en este medio. Sin embargo, creo que aquello ya es un circuito común, es cierto que grandes diseños y representaciones pueden dar pie a un evento de crecimiento orgánico. Pero, aquello incluso entre grandes marcas con capital y creativos de renombre, no es algo recurrente y por ello lo considero algo que suma valor pero que no es el eje.
Lo más importante es la utilidad, aquello que es diseñado para ser útil se acoge por un beneficio, aquello puede ser como un apoyo en cuanto una necesidad muy específica, en ser un referente de información para ciertos temas o lugar donde se pueda ser participe. Tener claro las formas en que se incide en la sociedad es en toda entidad importante para realizar acciones concretas, debería ser obligación más que en verbos adornados y propios de labor académica, establecer los términos más concretos que dan el accionar de algo.
Considero un mal de mundo moderno es el desconocer el valor de las acciones concretas, cuando muchas de las personas que asumen cargos de renombre operan lógicas desde lo inmaterial y la imprecisión. Incluso es desdeñable para mí la lógica del diseño sustentada en ornamentos, tendencias y términos ostentosos. Para mí lo fundamental es no aislar labor del diseño gráfico como parte de un entramado más grande y entiendo el diseño como un problema en principio de orden y luego de originalidad.